27 de octubre de 2008

Ventajas de ser cortés y Galán

Deciros que lo poco que conozco de Guadalajara, me está tirando mucho. Es la segunda ciudad de México, después de la capital –el Distrito Federal–, una urbe de gran extensión de unos 5 millones de habitantes, capital del estado de Jalisco, situada a unos 1.600 metros de altitud –será por eso mi ‘apetuniamiento’–, donde la gente es extremadamente educada y, mayoritariamente, risueña. Me gusta mucho cuando los tapatíos (naturales de Guadalajara) me preguntan de dónde soy, ciertamente interesados quizá en ‘venderme alguna burra’ pero siempre de manera muy educada y elegante. Y también cuando alguna mexicana alucina con mi segundo apellido: Galán –gracias mamá–, sobran las explicaciones.…

Me llama mucho la atención, insisto, lo extremadamente educados que son los mexicanos, al menos los tapatíos. Mi experiencia es, en líneas generales, que en cualquier lugar y a cualquier persona que preguntes lo que sea, se desviven por ayudar. Son serviciales en extremo, sobre todo cara al público. Aquí, igualito que en la ‘madre patria’, el cliente sí tiene la razón. Yo, de verdad, disfruto de tanta cortesía. Es cierto que tanta amabilidad, al principio, puede chocar, pues uno viene con el estrés y los ‘malos modales’ que sufrimos en la estresante pero amada Madrid. Esta amabilidad es común entre ellos, no sólo hacia los guiris como yo.

¡Salud compadres! ¡Viva México!

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